ESPACIO FUENTENUEVA regresa con la exposición LOS IDUS DE MARZO

 



    ESPACIO FUENTENUEVA regresa a la agenda cultural de Granada con la muestra Los Idus de Marzo, propuesta que recoge la visión de siete artistas vinculados con nuestra ciudad sobre esta simbólica efeméride. Bien es sabido que los idus eran días de buenos augurios en el calendario romano que tenían lugar los días 15 de marzo, mayo, julio y octubre, y los días 13 del resto de los meses del año. Pero el acontecimiento que marcó esta fecha para la posteridad fue el asesinato de Julio César en el año 44 a.C. Este hecho supuso un hito en la Antigua Roma porque fue el punto de inflexión donde la República romana dio paso al Imperio. De esta manera es como el historiador, biógrafo y filósofo griego Plutarco narró el famoso suceso:

LXV.- Artemidoro, natural de Cnido, maestro de lengua griega, y que por lo mismo había contraído amistad con algunos de los compañeros de Bruto, hasta estar impuesto de lo que se tenía tramado, se le presentó trayendo escrito en un memorial lo que quería descubrir; y viendo que César al recibir los memoriales los entregaba al punto a los ministros que tenía a su lado, llegándose, muy cerca le dijo a César: “Léelo tú sólo y pronto; porque en él están escritas grandes cosas que te interesan”. Tomólo, pues, César, y no le fue posible leerlo, estorbándoselo el tropel de los que continuamente llegaban, por más que lo intentó muchas veces; pero llevando y guardando siempre en la mano aquel solo memorial, entró en el Senado. Algunos dicen que fue otro el que se lo entregó, y que a Artemidoro no le fue posible acercarse, sino que por todo el tránsito fue estorbado de la muchedumbre. Todos estos incidentes pueden mirarse como naturales, sin causa extraordinaria que los produjese; pero el sitio destinado a tal muerte y a tal contienda, en que se reunió el Senado, si se observa que en él había una estatua dePompeyo y que por éste había sido dedicado entre los ornamentos accesorios de su teatro, parece que precisamente fue obra de algún numen superior el haber traído allí para su ejecución semejante designio. Así, se dice que Casio, mirando a la estatua de Pompeyo al tiempo del acometimiento, le invocó secretamente, sin embargo de que no dejaba de estar imbuido en los dogmas de Epicuro; y es que la ocasión, según parece, del presente peligro engendró un entusiasmo y un afecto contrarios a la doctrina que había abrazado. A Antonio, amigo fiel deCésar y hombre de pujanza, lo entretuvo afuera Bruto Albino, moviéndole de intento una conversación que no podía menos de ser larga. Al entrar César, el Senado se levantó, haciéndole acatamiento; pero de los socios de Bruto, unos se habían colocado detrás de su silla y otros le habían salido al encuentro como para tomar parte  con Tulio  Cimbro en las súplicas que le hacía por un hermano que estaba desterrado, y,  efectivamente,   le rogaban también, acompañándole hasta la misma silla. Sentado que se hubo, se negó ya a escuchar ruegos, y como instasen con más vehemencia se les mostró indignado, y entonces Tulio, cogiéndole la toga con ambas manos, la retiró del cuello, que era la señal de acometerle. Casca fue el primero que le hirió con un puñal junto al cuello; pero la herida que le hizo no fue mortal ni profunda, turbado, como era natural, en el principio de un empeño como era aquél; de manera que, volviéndose César, le cogió y detuvo el puñal,  y a un mismo tiempo exclamaron ambos: el ofendido, en latín: “Malvado Casca, ¿qué haces?” y el ofensor, en griego, a su hermano: “Hermano, auxilio”. Como éste fuese el principio, a los que ningún antecedente tenían les causó gran sorpresa y pasmo lo que estaba pasando, sin atreverse ni a huir ni a defenderlo, ni siquiera a articular palabra. Los que se hallaban aparejados para aquella muerte, todos tenían las espadas desnudas, y hallándose César rodeado de ellos, ofendido por todos y llamada su atención a todas partes, porque por todas sólo se le ofrecía hierro ante el rostro y los ojos, no sabía adónde dirigirlos, como fiera en manos de muchos cazadores, porque entraba en el convenio que todos habían de participar y como gustar de aquella muerte, por lo que Bruto le causó también una herida en la ingle. Algunosdicen que antes había luchado, agitándose acá y allá, y gritando; pero que al ver a Bruto con la espada desenvainada, se echó la ropa a la cabeza y se prestó a los golpes, viniendo a caer, fuese por casualidad o porque le impeliesen los matadores, junto a la base sobre que descansaba la estatua de Pompeyo, que toda quedó manchada de sangre; de manera que parecía haber presidido el mismo Pompeyo al suplicio de su enemigo, que, tendido, expiraba a sus pies, traspasado de heridas, pues se dice que recibió veintitrés; muchos de los autores se hirieron también unos a otros, mientras todos dirigían a un solo cuerpo tantos golpes.

Plutarco. Vidas Paralelas. Tomo V. Vida de Cayo Julio César (100 a. C. – 44 a. C.) 

     Los artistas que participan en esta exposición son: Yoshio Yamasakiun artista japonés afincado en Granada desde los noventa, muy conocido por sus delicados retratos; Helí García, pintor recientemente becado por la prestigiosa Fundación Bilbao Arte y que actualmente nos presenta la magnifica muestra Periferias en sala de exposiciones de La Madraza, que se encuadra en el marco de las Ayudas a la Producción Artística del Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Patrimonio de la Universidad de Granada; Roberto Urbano, escultor que recientemente nos fascinó con su exposición Maelström en la sala Alta del Palacio de los Condes de Gabia; Javier Domenech, pintor dibujante que ha realizado también interesantes incursiones en el diseño, como el destacable trabajo de escenografía que lleva realizando tres años consecutivos en  la Mercedes Fashion Week de Madrid; Carlos Márquez, un artista residente en Almuñécar y muy vinculado con el mar, tanto por la temática de su obra como por su afición al submarinismo; Leonor Solans, de la que podemos destacar sus últimas exposicionesen Granada: El oro de los tigres en la sala Ático de los Condes de Gabia y El zoco sin compradores en el Cuarto Real de Santo Domingo; y Eugenio Ocaña, quien nos trajo en otoño de 2019 los paisajes fragmentados de Los tiempos del campo a la sala de exposiciones Gran Capitán; siendo también esta última pareja de artistas los gestores de Espacio Fuentenueva.


     El año pasado por estas fechas Espacio Fuentenueva preparaba la exposición colectiva Los Idus de Marzo cuando se decretó el estado de alarma que cambió el pulso de nuestro país. Al igual que el vidente Artemidoro citado por Plutarco parece que esta muestra presagiara que los Idus de Marzo de 2020, veinte siglos después de dicho magnicidio, tampoco serían afortunados. La exposición se canceló como todo se fue cancelando en medio mundo sin saber si sería posible retomarla. El transcurso de los acontecimientos desde entonces es ya bien conocido -y sufrido- por todos nosotros. Pero también somos conscientes de haber aprendido algunas cosas, como que la visión artística y creativa del ser humano es más necesaria de lo que se pensaba, siendo a la vez que una tabla de salvamento para nuestra estabilidad psicológica, un instrumento de poder y un valioso medio de expresión. Y en este extraño caldo de cultivo nos encontramos... La sala reabre sus puertas en una época difícil, pero esperamos que tanto este como los siguientes proyectos artísticos le den a esta propuesta arriesgada la solidez necesaria para crecer con fuerza.

 

Los idus de marzo estaba previsto que se clausurara el día 15 de abril, pero se prorrogará hasta el día 29 de abril de lunes a viernes, de 11 a 14 h. y de 18 a 21 h. y sábados de 11 a 14 h., en Espacio Fuentenueva, ubicado en c/ Fuentenueva, 9, perpendicular a c/ San Juan de Dios.


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